Corderos y halcones en las viñas de Menorca

Menorca ya producía vino en el siglo XIII pero en el XIX una plaga arrasó todas las vides. Ahora ha recuperado este producto que tiene el distintivo geográfico de Vino de la Tierra Isla de Menorca.

¿Has visitado alguna bodega de Menorca? Yo estuve hace poco en Binifadet, una de las de mayor producción. La vista de las viñas es preciosa aunque aún no hay uvas en abril. Hileras ordenadas y limpias, olor a tierra mojada,…. un armonioso paisaje.

Entre paredes de roca

Silvia nos explicó el proceso hasta llegar a las bodegas donde se almacenan los barriles y se preparan las botellas, una a una. Unas instalaciones excavadas directamente en la roca lo que mantiene el ambiente y la temperatura adecuada.

vino

Acabamos la visita con la cata de una selección de sus vinos. Tinto, blanco, rosado y un delicioso cava menorquín. Sentados en la terraza con el sol colándose entre las rendijas del brezo que nos protege de la humedad, probamos el queso de cabra al vino y las mermeladas de vino.

Sabores nuevos que mejoran con la calidad de la copa de vino que pruebo. Su color es rojo intenso, su sabor, ligero y afrutado. Delicioso.

El sabor de la tramontana

El buen clima de Menorca y su suelo de gres y arenisca es ideal para el cultivo de las viñas. Alrededor verás la tradicional pared seca que cobija las plantas del viento del norte. La tramontana aporta a sus frutos el sabor salado del mar que nos rodea.

El vino de la Tierra de Menorca requiere de técnicas tradicionales para conseguir las mejores uvas. Una vendimia cuidadosa, con mimo, recogiendo la uva cuando es el momento adecuado para conseguir la mejor calidad.

Un caballero del siglo XVI

Ferrer de Muntapalau era el dueño de las tierras donde actualmente se cultiva el vino que lleva su nombre. Fue un héroe local, defensor del rey Jaime III y aficionado a las justas caballerescas con lanza que se desarrollaban en la Plaza del Born de Ciutadella.

Es el primer vino de Menorca en esta etapa de viña nueva que inició su comercialización a finales de los años 80.

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Los halcones controlan las viñas

En el núcleo de la Reserva de Biosfera de Menorca, la Albufera de Es Grau, se encuentran las viñas de Sa Cudia. Es una zona mediambientalmente protegida que requiere de buenas prácticas ambientales.

Las técnicas de agricultura ecológica que realizan incluyen el control de los pájaros mediante halcones para asegurar el buen desarrollo de las uvas que crecen entre pastos, olivos y bosques.

La Ciutadella romana

En el poniente de la isla las Bodegas Binitord tienen una pequeña y exclusiva producción de un excelente vino. Sus tierras conservan los valores naturales que definen Menorca. Para no utilizar herbicidas, sueltan los corderos entre las viñas para controlar las malas hierbas.

No muy lejos, Sa Marjaleta, cerca de las calas vírgenes del sur, elabora tinto y blanco de gran calidad. Iamontanum, genitivo de Iamona, el nombre de Ciutadella en la época romana, es el nombre que han dado a sus vinos y que los identifica con esta zona geográfica.

El tinto de las bodegas Rubí del Mediterráneo, los vinos de Sa Forana o la intensa dedicación de Hort de Sant Patrici, que combina la elaboración de uno de los productos gastronómicos más auténticos de Menorca, el queso, con la producción de vino y de aceite de oliva, cierran el paseo enológico por la isla.

Dicen que un buen vino mejora cualquier comida, le da alegría,… y además es una bebida sana, siempre con moderación. Yo te recomiendo un bocado de queso semicurado de Menorca con un poco de mermelada de vino. Todo regado con cualquiera de los vinos frescos y aromáticos que la isla. ¿A que te apetece? Como ves, a la rica gastronomía menorquina le sumamos hoy el mejor acompañamiento.

¿Vienes con tu pareja? Prepárale una ruta para conocer y degustar los vinos de Menorca. Un buen alojamiento con vistas al mar, o en el campo, o una villa donde tendréis más intimidad, le pondrá la guinda a un viaje que siempre recordará. ¿Te animas?

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