¿Quieres descubrir lo que los británicos dejaron en Menorca?

Menorca, en mitad del Mediterráneo, con un puerto natural de grandes dimensiones en Mahón, refugio de los vientos del norte, con capacidad para una flota de barcos,.... los británicos lo vieron claro: la isla era un punto estratégico que tenían que conquistar. Y así lo hicieron en el siglo XVIII.

Nos dicen que Menorca aún conserva sabor británico. En sus ventanas de guillotina pintadas de verde oscuro, en los miradores de sus casas, en sus edificios de color “rojo inglés”, … si ¡hasta celebran el Día de los Inocentes el 1 de abril, como en Gran Bretaña!.

Somos un grupo de amigos aficionados a la historia y a la naturaleza. El viaje a Menorca nos ha descubierto una isla impregnada de leyendas de dominaciones y de construcciones que las recuerdan.

Soldados y cañones en la plaza

Con la visita a Es Castell, una pequeña localidad en la bocana del puerto de Mahón, iniciamos nuestro recorrido por la Menorca británica. ¡Increíble! La plaza del pueblo, rodeada por edificios de color rojo, es el escenario de una representación histórica: el Tratado de Amiens por el cual los ingleses devolvieron la isla a los españoles.

Soldados de ambos países vestidos de época recrean aquellos momentos y disparan los cañones con los aplausos de todas las personas que se han reunido en la plaza.

Este pueblo fue diseñado por el ingeniero británico MacKellar y nos cuentan que su nombre le viene del Castillo de San Felipe, una fortificación militar que guardaba la isla alzándose a la entrada del puerto para evitar la entrada de las flotas enemigas.

Excavado en la roca, invisible desde tierra y mar

Nos recomiendan visitar el Fort de Marlborough, que construyeron los británicos para proteger el Castillo. En la Cala San Esteban nos encontramos con una construcción que no se ve desde tierra ni desde el mar pero desde la que se ve cualquier embarcación que se acerca al puerto de Mahón.

“Bloody island” la isla sangrienta

Paseamos por el puerto de Mahón donde hemos comido un pescado excelente. El sol comienza a esconderse y el paisaje es maravilloso.

Casi en el centro del puerto hay una pequeña isla. Le llaman la Isla del Rey, pero los ingleses la llamaban Bloody island y en ella construyeron un hospital donde atendían a los heridos en las batallas navales.

El hospital ya no funciona pero el edificio del siglo XVIII se ha restaurado y la isla se ha convertido en un lugar de visita obligada. Colecciones de antiguos instrumentos médicos, los restos de una basílica paleocristiana del siglo VI, … y además es una zona natural protegida que tiene fauna y flora autóctona.

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Una torre de defensa de más de 200 años

Estamos en Fornells, un pueblo pesquero al norte de la isla. Una bahía de limpias aguas azules, barcos, gente practicando windsurf, otros paseando en kayak,… Fornells está lleno de vida y de actividad.

Los británicos también estuvieron aquí y, para proteger este hermoso lugar, construyeron una torre de defensa que se mantiene en muy buen estado. Dentro hay un centro de interpretación donde te explican toda la historia.

En lo alto, divisando todo el mar desde la bocana del puerto, la Torre de Fornells se ve imponente. Cuatro pisos de piedra que servían de atalaya al cercano Castillo de San Antonio.

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Desde aquí vemos el cabo de Cavalleria y su faro. Volvemos al paseo marítimo porque nos vamos hacia Ciutadella.

Por aquí se “colaron” los franceses

¡Pues sí!. Tanto proteger el puerto de Mahón que se habían olvidado de Ciutadella y los franceses llegaron por esta zona de la isla y desde aquí se dirigieron al Castillo de San Felipe para sitiarlo.

Por esto, 50 años más tarde, los británicos decidieron construir una torre de defensa, la Torre de Castellar, en Ciutadella y así evitarse “sustos”.

Es una torre muy original, rodeada por un foso de 6 metros de ancho. Dicen que es el único edificio de la época británica que hay en Ciutadella.

En bicicleta por el camino real

No nos iremos de Menorca sin ver una de las vías de comunicación que los británicos dejaron en Menorca: el Camí d’en Kane. Este es su nombre actual pero ellos lo llamaron el Camino real de Menorca. De Mahón a Ciutadella, una carretera bordeada de campo, con pequeñas casas en su recorrido.

Hemos alquilado unas bicicletas y salimos desde Mahón esperando llegar hasta Es Merdadal porque alli se cortan algunos tramos del camino que están intentando recuperar.

¿Sabías que la ruta británica de Menorca es uno de los grandes atractivos de la isla? ¿Te apetece conocerla? Naturaleza, historia, monumentos,… lo tiene todo para hacer de tu visita a Menorca un viaje al pasado que recorrerás en el presente y recordarás en el futuro.

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