En Menorca, ¡déjate llevar por el viento!
Menorca es una isla plana donde llegan todos los vientos. Ellos marcan la fisonomía de su paisaje, su clima y, según las leyendas, las conductas de los residentes.
En medio del Mediterráneo y con un único monte como barrera, Menorca recibe 8 vientos a los que trata de “tú”. Todos tienen un nombre que los define: Tramuntana, Migjorn, Llevant, Ponent, Gregal, Xaloc, Mestral y Llebeig.
¿Has oído llamar a Menorca la “isla del viento”? Es un slogan muy conocido y lo cierto es que no encuentran ningún obstáculo cercano para invadir la isla.
La fuerza del viento del norte
De todos los vientos es la tramuntana, el que llega del norte, el más característico de la isla. Frío, seco e impetuoso. Doblega árboles, arrastra el mar hacia tierra en grandes olas y erosiona las rocas de parte del litoral.
Las leyendas cuentan que es el misterio y la fuerza de este viento el que provoca que algunos que llegaron como visitantes hayan adoptado la isla como residencia.
También es la tramuntana la que obligó a los menorquines a utilizar las piedras para construir paredes que delimitan y protegen los huertos y la vegetación. Su energía hace que los árboles crezcan torcidos en extrañas formas.
La seducción de Dalí
Dicen que el conocido pintor catalán, Salvador Dalí, en su retiro de Port Lligat pasaba horas escuchando los sonidos de la tramuntana. El viento le seducía y le calmaba.
Hay muchas historias sobre los cambios que produce en las personas. Incluso el escritor Gabriel García Márquez se fijó en él y en uno de sus cuentos dice: “la tramontana, un viento de tierra inclemente y tenaz, que según piensan los nativos y algunos escritores escarmentados, lleva consigo los gérmenes de la locura”.
La atracción del paisaje
El xaloc, del sureste, el migjorn, del sur, y el llebeig, del suroeste, llegan a Menorca desde África y arrastran nubes con arena que descarga sobre las calles de los pueblos menorquines dejando su huella rojiza.
El gregal, del nordeste, y el mestral, del noroeste, vienen fríos y racheados. Empujan los nubarrones dando paso a un cielo azul, claro y limpio en el que brilla el sol.
Ir a la costa a disfrutar de los paisajes que provocan los vientos, sacar fotografías, dejarse llevar por la naturaleza desatada y libre es un placer. Hay lugares como el faro de Faváritx al que acuden muchas personas para sentir la furia de la tramuntana.
Es asombroso ver como el mar, calmado y tranquilo habitualmente, se transforma y salta sobre las rocas.
¿De dónde sopla el viento?
Cuando vengas a Menorca esta es la pregunta que tienes que hacerte antes de decidir a qué playa vas a ir. Es obvio: si sopla norte, vete al sur; si es sur, las playas del norte serán tu mejor elección.
Y si no tienes claro por dónde llega, es fácil, accede a un mapa de los vientos en tiempo real. Es una web que te da una predicción gráfica. Se actualiza cada 3 horas y te sacará de dudas.
Jugar con el viento
Los vientos en Menorca también propician la práctica de algunos deportes naúticos a los que favorecen.
¿Te gustaría hacer windsurf en Fornells? ¿Navegar en un velero por la costa norte de Ciutadella entre calas vírgenes?
¿Has visto alguna vez volar cometas en la playa de Son Bou?. Hay días de viento en que los aficionados se reúnen en la arena y el cielo se torna de colores que zizaguean arriba y abajo.
¿Has sentido la brisa suave que te refresca mientra tomas el sol tumbada en la playa? Menorca, con sus vientos y su paisaje, te ofrece contrastes maravillosos. ¿Te los vas a perder?