¿Cómo se vive en Menorca la mágica noche de Sant Joan?
Las fiestas de Sant Joan en Ciutadella son extraordinarias. Grupos de amigos se desplazan hasta esta localidad de Menorca para pasar unos días rodeados de caballos, música y bullicio. La tradición se convierte en espectáculo.
23 de junio. Son las 2 de la tarde. Silencio y emoción entre la multitud. De pronto, el suave sonido del fabiol y el tambor. Es el “primer toc”. La fiesta ha comenzado. Ahora, el fabioler montado en un asno se dirige a recoger a los jinetes que, junto a sus caballos, protagonizan dos días intensos de fiesta en Ciutadella.
Érase una vez una romería…
Esta tradición, de 7 siglos de antigüedad, comenzó cuando se celebraba Sant Joan con una romería. Un grupo de obreros recorrían el camino de Ciutadella a la ermita de Sant Joan de Missa a lomos de sus caballos recogiendo donativos.
Actualmente, parte del grupo de jinetes forman la Junta de Caixers y representan a los estamentos sociales: nobleza, iglesia, artesanos y campesinos. El resto, los cavallers, son campesinos del municipio.
Los caballos saltan
En la plaza del Borne la gente hace un pasillo. El Caixer Senyor entra a galope y la emoción de todos se nota en el aire. Comienza el Caragol, un recorrido de 3 vueltas por la plaza, mientras los caballos se alzan sobre sus patas traseras. La música sube las revoluciones de la multitud que aplaude cada pirueta.
Aún queda mucha gente en la ciudad. Recorren las calles gozando de la gastronomía menorquina que se luce en las fiestas: berenjenas y calabacines rellenos, perol de tomate, sobrasada, camot,… Y, por supuesto, la bebida típica, gin con limonada. Siempre muy frío. A veces con unas hojas de menta que intensifican su sabor.
Y, además, en Ciutadella se celebra la tradicional “guerra de avellanas”. Antes era la ofrenda que hacían los jóvenes a sus enamoradas. Hoy es un juego en el que se lanzan kilos de avellanas vacías recordando la antigua costumbre.
Juegos medievales
Ayer la fiesta acabó tarde. Cuando jinetes y caballos volvieron a la ciudad las corregudes y el caragol de Santa Clara animaron la noche. Jinetes y caballos entraban en las casas que se abrían a su paso.
El 24 de junio es el día de los Jocs des Pla, una representación de juegos medievales en los que algunos jinetes intentan coger una anilla (ensortilla) con la punta de la lanza mientras galopan a caballo por este espacio del puerto de Ciutadella.
Más tarde, de 2 en 2, corren abrazados entre ellos sobre sus caballos y rompen las carotes, una especie de pequeños escudos de madera pintados por algún artista local. La gente se alborota. Coger aunque sea una astilla de las carotes dicen que da suerte y todos se afanan por llevar un recuerdo a casa.
Alegría y precaución
El espectáculo es impresionante. La pericia de los jinetes, la belleza de los caballos negros, con sus adornos en la silla, en las trenzas de sus colas,… todo invita a disfrutar del momento, a vivirlo con intensidad.
Se acaban los juegos y el caragol de Santa Clara ya huele a despedida. El último toque del fabiol y el tambor suena. Pronto amanecerá. ¿Cansado? Has caminado por las calles de Ciutadella siguiendo a la comitiva, has comido y bebido en buena compañía, has bailado al son de la música y has pasado 2 días de fiesta increíbles.
Y lo has hecho con sentido común y siguiendo las recomendaciones de las personas que más saben de la fiesta y de cómo disfrutarla de la mejor manera.
¿Aún no conoces las fiestas de Sant Joan de Ciutadella? Piensa que algo especial han de tener cuando convocan a miles de personas que, año tras año, repiten su estancia en Menorca para disfrutar de estos días de junio. Hay que vivirlas. ¿Te animas?
